Soy una joven universitaria que, para llegar a la facultad, utilizo diariamente el metro, en concreto las líneas 5 y 9.Respecto a la línea 5, el espacio de tiempo entre la llegada de un tren y otro es poco, pero la calidad de los vagones es lamentable: aún son de los antiguos, y los que tenemos que hacer un buen trecho de viaje preferimos ir de pie que ir sentados incómodamente en esos asientos de plástico.
La línea 9 es otro problema pero al contrario: mucho modernismo, pero he llegado a esperar hasta 10 minutos la llegada de un tren.
Mucha inauguración últimamente, y me parece estupendo, pero que no se olviden de las demás líneas y de su calidad.
Respecto al señor alcalde, que no vea sólo lo maravillosa que ponen toda la línea que van a inaugurar, porque eso sólo es un día.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de mayo de 1999